Ya desde hacía tiempo cuando cruzaba en frente del Ayuntamiento, me decía a mi mismo que resulta necesario hacer algo por cambiar la historia del neo-liberalismo, en defensa del derecho común y social de lo que es en realidad un estado de bienestar, y para alejarnos de los peligros que ya nos amenazan como civilización, peligros de la ambición humana, miedo me da lo que hacen quienes ponen sus manos y controlan las más grandes transacciones a nivel mundial, pero también de quienes tienen el poder en las localidades, caso sea el de Granada, donde hay miembros servidores"" públicos " imputados por corrupción.
Pero más allá del miedo se encuentra la reacción, la disciplina moral de ser libre, de pedir lo que es realmente justo y rechazar la usura de la banca privada, que evidentemente no resulta eficiente ni eficaz para resolver los dilemas de una sociedad despierta, consciente, sin recursos para promover sus ideas de desarrollo.
Con el fin de comenzar a garantizar unas acciones concretas, las asambleas locales se deben articular y coordinar con las decisiones que se van a tomar en los núcleos urbanos. Pues se avecina la labor de entrar a materializar la democracia que queremos, no la que pensábamos se conseguía únicamente mediante la identificación en un sentimiento de representación hacía un color político, cuando ya es de sobra sabido que se nos avecina una época para diseñar socialmente la figura de un estado real de bienestar, en el cual se reconoce plenamente el estatus político de la asamblea ciudadana, que es completamente apartidista, dado que pretende un bienestar mayor de lo que se ha conocido hasta ahora en este modelo de desarrollo eurocentrico. Así pues, estamos en el inicio y nos corresponde consolidar ya todo este malestar de la civilización que consiste en no abordar las cuestiones básicas de la supervivencia antes de las de la presunción de hacerse llamar República o democracia a algo que no lo es. Pues la República es un lugar no solamente seguro sino digno en todo sentido, lugar donde se nace y se puede morir libre en las ideas, sin miedo a pensar o sentir diferente, pero en interdependencia con el bien social.
Así crear es resistir y resistir es crear, dicho de otro modo... lo que significa también que nos corresponde diseñarnos como civilización en interdependencia, pues es algo que no se había dado con esta magnitud global, lo que realmente no es una utopía, sino un sentido común, que podamos llegar a ese diseño consensuado, en perfecta interrelación entre economía y ecología, economía y sociedad etc. Y no es una utopía porque eso sería algo que no existe en ninguna parte, pero lo cierto es que Islandia ya lo hizo, y ahora faltamos todos los demás. Y luego marcarnos multilateralmente una agenda internacional, una vez realizadas las modificaciones pertinentes de las grandes instituciones internacionales que deberán ser re-diseñadas.Previa modificación de las constituciones de varios países, pues es donde se recogen los fines y proyecciones de la civilización que proclama la figura de Estado, que en realidad y por definición somos todos, en cualquier lugar del mundo donde haya un indignado que ya no tiene paciencia para continuar alienado a un mundo no reflexionado. Después de todo, por la fuerza del propio pensamiento podemos unirnos y luchar como sociedad.
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